Fuente : http://www.huffingtonpost.es/ | EL HUFFINGTON POST / MARGARITA LAZARO |
Llevamos un mes de invierno y son muchos los que ya han pasado por un catarro, una gripe o un simple resfriado. Todos sabemos lo incómodo que resulta, y evitarlo muchas veces está a nuestro alcance. Basta cuidar la alimentación para incrementar nuestras defensas y hacernos más fuertes para resistir a cualquier ataque vírico. Ya lo decía Hipócrates en el siglo V a. C: “Que tu alimentación sea tu medicina, y tu medicina, tu alimento”.
La idea es llenar la despensa de alimentos preventivos y así evitar ir a la farmacia en busca de suministro para el armario de los medicamentos. La doctora Guadalupe Blay, coordinadora del Grupo de Habilidades en Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), nos ha ayudado en la tarea de elaborar esa lista de los 12 alimentos que, según su criterio, no pueden faltar en nuestra dieta semanal si queremos terminar el invierno de forma saludable.


3-KIWI 
4-MANDARINA Y ZUMO DE NARANJA 
5-HUEVO 
6-AJO CRUDO 
7-CEBOLLA 
8-FRUTOS SECOS 
9-MANZANILLA 
10-MIEL 
11-LEGUMBRES 
12-YOGURES 
No previene, pero sí es fundamental incluirlo en la dieta cuando, en caso de enfermedad, el médico recomienda el uso de antibióticos. Estos destruyen la flora intestinal que hay que regenerar, y para ello es beneficioso el consumo diario de estos lácteos. Si queremos evitar que la gripe termine con dolor de estómago tendríamos que comer un yogur por cada día de tratamiento. Aquí no vale decir "ya tomé uno la semana pasada" porque el yogur tiene efecto en el momento y no deja recuerdo. Es decir, hay que comerlos cada día para beneficiarse de sus bondades.
Llevamos un mes de invierno y son muchos los que ya han pasado por un catarro, una gripe o un simple resfriado. Todos sabemos lo incómodo que resulta, y evitarlo muchas veces está a nuestro alcance. Basta cuidar la alimentación para incrementar nuestras defensas y hacernos más fuertes para resistir a cualquier ataque vírico. Ya lo decía Hipócrates en el siglo V a. C: “Que tu alimentación sea tu medicina, y tu medicina, tu alimento”.
La idea es llenar la despensa de alimentos preventivos y así evitar ir a la farmacia en busca de suministro para el armario de los medicamentos. La doctora Guadalupe Blay, coordinadora del Grupo de Habilidades en Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), nos ha ayudado en la tarea de elaborar esa lista de los 12 alimentos que, según su criterio, no pueden faltar en nuestra dieta semanal si queremos terminar el invierno de forma saludable.
1-CALABAZA

Es
uno de los alimentos más beneficiosos para mejorar nuestras defensas, a
la vez que uno de los más olvidados en la lista de la compra. La
calabaza tiene una elevada presencia de beta-caroteno que, tras ser
absorbido por el organismo, se transforma en vitamina A. Ésta es
beneficiosa para el sistema inmune, ya que refuerza las defensas y ayuda
a prevenir enfermedades, especialmente del aparato respiratorio. Basta
tomar un día a la semana, ya sea en forma de crema, al horno o con
arroz, para mejorar las defensas. También es recomendable en caso de
resfriados ya que ayuda a eliminar la mucosidad en bronquios, pulmones y
garganta.
2-GRANADA

Es
otro de los productos más típicos del invierno, pero a veces nos
olvidamos de tomarlo por la pereza que supone pelarlo. Aunque, quizás,
después de conocer las propiedades de esta fruta que sedujo a los árabes
cuando llegaron a la península, cambiemos nuestra opinión sobre ella.
Muy rica en vitamina C, cubre las necesidades diarias de ácido fólico y
es tres veces más antioxidante que el té verde. También es recomendable
cuando estamos enfermos, ya que goza de efectos curativos en caso de
fiebre u otros males como dolores de garganta o infección de oído. Si no
nos convence de postre podemos incluirla en ensaladas.

Si
tuviésemos que elegir entre tomar un zumo de naranja recién exprimido
por la mañana o kiwi, la doctora Blay recomienda la segunda opción. Y no
solo por su conocido efecto en la lucha contra el estreñimiento. El
kiwi aporta más del doble de vitamina C que la naranja (favorece la
absorción de hierro) y cubre de sobra las necesidades diarias de ésta,
tanto en el caso de adultos como de niños. Esta vitamina es
antioxidante, lo que significa que estimula el sistema inmunitario para
prevenir posibles infecciones como resfriados y gripes.

En
cuestión de frutas, los cítricos son uno de los grandes aliados del
invierno. Todos hemos recurrido alguna vez al zumo de naranja para
frenar el avance del resfriado y hemos salido victoriosos. Pues bien,
esta fruta es muy rica en vitamina C, mucho más que la mandarina, aunque
ésta aporta grandes dosis de beta-caroteno, provitamina A. De ahí que
la doctora Blay recomiende alternarlas. Además, tampoco debemos
olvidarnos del limón, especialmente cuando ya estamos enfermos. Su poder
antiséptico lo convierte en un remedio natural infalible contra la tos y
el dolor de garganta.

Denostado
por su alto contenido en colesterol, la realidad es que el huevo es
mucho más beneficioso de lo que podemos imaginar. En primer lugar porque el organismo no absorbe el elevado colesterol que contiene
y en segundo lugar porque es un alimento rico en minerales,
especialmente selenio y zinc, que ayudan a mantener el sistema
inmunológico sano. Existen estudios que señalan que la deficiencia de
uno y otro está relacionada con el aumento de gripes y resfriados o el
desarrollo más agudo de estas enfermedades. No hace falta comerlo todos
los días, aunque la doctora Guadalupe Blay insiste en que no supondría
ningún problema para nuestro organismo: “Si no lo hacemos es porque hay
que variar”.

Crudo
porque de esta forma no pierde ninguna de sus infinitas propiedades. El
ajo es el antibiótico natural más famoso del supermercado. Es
preventivo y también curativo. Incrementa las defensas y mejora la
respuesta del organismo ante el ataque de virus y bacterias. Además,
sirve para tratar infecciones respiratorias y plantarle cara a la tos.
Sus propiedades mucolíticas ayudan a expulsar los mocos en procesos
gripales y catarrales. Sobran las razones para comerlo cada semana y no
deberíamos encontrar en su fuerte olor una excusa para evitarlo. Hay
remedios naturales para contraatacar el mal aliento que genera (tomarse
un zumo hecho solo de limón después de comerlo o masticar hojas de
perejil) y también se puede recurrir a las cápsulas de ajo porque tienen
las mismas propiedades que el alimento.

Su
efecto beneficioso es similar al del ajo, aunque cuenta con una
ventaja: no pierde las propiedades al cocinarse. La cebolla goza de un
gran poder preventivo, del que ya se percataron los romanos y griegos, y
que recientemente demostró un estudio realizado por la Universidad de
Nebraska. Según los investigadores, el caldo de cebolla (tan utilizado
por las abuelas para combatir el catarro) ayudaba a fortalecer el
sistema inmunitario y a aliviar la inflamación de garganta.

Olvídate
de la mala fama que les rodea y de su elevado aporte calórico. Las
grandes dosis de energía en invierno están justificadas porque es la
forma de mantener la temperatura corporal. Aunque tampoco se trata de
abusar. La doctora Blay recomienda tomar alrededor de 60 gramos diarios
de frutos secos, aunque no valdrían todos. Nueces, avellanas, almendras,
pistachos o pipas de calabaza son los más sanos de la lista.

Si
beber manzanilla siempre es saludable, en invierno lo es especialmente
por su poder antitusígeno. Y es que esta infusión, muy recomendable en
caso de dolor de estómago, cuenta con propiedades para calmar y aliviar
la tos.

No es ninguna novedad que la miel no debería faltar en nuestras despensas en invierno. Porque no sólo tiene un poder curativo (un estudio publicado en 2007 en la revista médica Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine
descubrió que es incluso mejor antitusivo que el dextrometorfano, un
principio activo que contienen los jarabes para calmar la tos), sino que
es también preventivo, ya que ayuda a incrementar las defensas.
Guadalupe Blay recomienda incluir una cucharada cada mañana en la leche
para empezar el día con más energía y evitar catarros y gripes
indeseados.

Le
pasa un poco como a los frutos secos, al ser especialmente energéticas
son muy beneficiosas para mantener la temperatura corporal en invierno.
“Les tenemos mucho respecto y las deberíamos consumir un día a la semana
mínimo”, asegura la doctora Blay, quien no establece diferenciación
entre unas legumbres y otras. Todas aportan hierro, lo que ayuda a
mejorar la respuesta inmunitaria.

No previene, pero sí es fundamental incluirlo en la dieta cuando, en caso de enfermedad, el médico recomienda el uso de antibióticos. Estos destruyen la flora intestinal que hay que regenerar, y para ello es beneficioso el consumo diario de estos lácteos. Si queremos evitar que la gripe termine con dolor de estómago tendríamos que comer un yogur por cada día de tratamiento. Aquí no vale decir "ya tomé uno la semana pasada" porque el yogur tiene efecto en el momento y no deja recuerdo. Es decir, hay que comerlos cada día para beneficiarse de sus bondades.
Toda información mostrada en esta web es solamente para uso con carácter informativo y educativo, de ninguna manera pretendemos sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.






